Érase una vez un pueblo en mitad de una Sierra…
Se presentaba el “Sierra Madrona Trail” como una oportunidad de disfrutar (y sufrir) de esas cosas que compartimos algunos seres campestres de este maratoniano club: paisajes, compañía, sufrir, correr, esfuerzo… Pero en realidad, lo que nos alimenta (excepto a nuestro “presi” que goza más de saberse sobrado en las empresas que se embarca) es ese espíritu de superación intrínseco al ser humano encubierto en aquellas otras motivaciones; esa sensación de haber logrado algo “importante”.
Sin más dilación, llego temprano con mi compañero de fatigas “Burgos”, trailero, motero, empresario, crossfitero, cazador, pescador, recolector… jajaja; Todo un hombre renacentista del siglo XXI; pero sobre todo, terco como él solo; porque las muescas heroicas de su currículum “deportae” no hacen más que demostrar una capacidad extraordinaria de perseguir con convicción y constancia un objetivo, lo que viene siendo “más terco que una mula” (con cariño brother).
Poco a poco va llegando el resto de la tropa de la que durante la crónica haré merecida mención…
Salimos con 20 minutos de retraso dispuestos a “conquistar” los 28 km con 1000 de desnivel. En este particular, opiniones para todos los gustos. Lo cierto y verdad es que si sales a “lucharlos” vas con el corazón en la garganta gran parte del recorrido; a veces más desnivel “dulcifica” la carrera (es mi caso).
El principio de la carrera exhibe a los aproximadamente 50 corredores de “la larga” por las sinuosas e irregulares calles del pueblo, ante la atención casi ausente de algún viandante casual de la localidad que fijaba su mirada extraña en el festival de colores y fisionomías que se adivinaban con nuestros ajustados ropajes.
Encaramos, por fin, dirección al monte; por una pista de la que disfrutar de las vistas. Por mi parte, me sigo sintiendo un tanto “extraño” sin ver el culo de Jero en estos eventos (Jerooo, vuelve por Navidad!!!). Me pongo el mono de trabajo en esta parte y voy poco a poco superando compañeros, hasta llegar a la primera subida importante en la que un voluntario nos indica que solo tenemos seis delante (vamos 4 en grupo).
En esa subida me encuentro bien, aunque El Cristo todavía está presente en mis piernas y se hace notar cuando el ritmo o la pendiente se enfurecen. No obstante, logro despegarme de mis coleguitas y navegar solo por la espléndida senda salpicada de jaras, encinas, pinos y un trayecto sinuoso, pero corrible, que nos dejaba disfrutar en parte de la carrera.
Llegando al segundo avituallamiento (punto de separación de la corta y la larga), uno de mis colegas, que se le ve más fuerte que el vinagre, tira para delante distanciándose de mí. Tomamos dirección a la subida “gorda”; un cortafuegos más bien feote (y más en contraste con la sierra de la zona) pero a nivel físico muy exigente. Con mi afán de no quedarme mucho, trato de acercarme en la bajada a mi “torturador” y lo mismo hacen los otros dos corredores de atrás. Sí que veo una bici “tirada” en el borde del camino, pero cuando vas “a piñón” tienes visión túnel. El caso es que pienso, habrá alguien cogiendo setas por aquí…. Total, que seguimos, volvemos a subir otra loma siguiendo una baliza en lo alto de un promontorio, y después de repartirnos la zona para avistar la siguiente baliza… ¡Premio! Nos damos cuenta que nos hemos equivocado y que era una baliza de otro evento. ¡Dios! A volver a subir y buscar la ruta. Así, por el mismo precio, como le dije a Sergio en El Cristo, hemos hecho unos 3km más y 20 minutitos entre unas cosas y otras. Es lo que hay, y el Trail es así; aunque le podía haber dado el “apretón” al voluntario de la bici en otro momento….
Con casi todo lo positivo más el extra ya superado, seguimos por un camino “rapidillo” donde, aunque me han pasado bastantes corredores por la confusión, sigo con el instinto de llegar donde llegue… (y no siempre es bueno) Así voy superando compañeros esperando encontrarme con Fructos, Antonio Ortega o Burgos que tenía esperanza estuvieran delante…
Cubierta la bajada nos unimos con el recorrido de la “corta” y en el segmento que comienzo a superar, los atletas de la noble zona trasera de la carrera, respiran otra filosofía que contrasta con mi sensación de ahogo. Eso es lo bueno del trail que puedes plantear con distintos objetivos o intereses, y en la meta todas somos iguales; porque desde mi punto de vista, cada uno debe competir consigo mismo: por terminar, por disfrutar y no cebarse, por no superar un tiempo, por acumular entrenamiento para otro objetivo, por impresionar al sexo opuesto como Infinitoman que con su hazaña ha logrado puntos para fundar un harem, si fuera mujer… (con cariño y gran admiración Fructos).
Al final, tras otro paseíto por el pueblo llego en 2:40. Sin haberme equivocado habría hecho 2.20 aproximadamente; y si no se hubiera colado entre los primeros una liebre llamada Sergio, hasta estaría cerca de haber subido a pódium de mi categoría. Pero esa no es mi guerra. La llegada por mi parte extenuante, porque me fijo el objetivo de no andar y el pueblo tiene más subidas de las que recordaba cuando iba fresco…
Al rato llegan Fructos y Burgos, más frescos que una rosa. Tengo ganas de ver a Burgos apretándose tanto como en Cross fit. Antonio llegó antes que yo. Gran carrera de Antonio, de esos corredores que siempre da la talla. Admirable.
Para mi gusto, mucho pisteo y poco aprovechamiento del entorno agreste; pero sé que para otros como nuestro compañero Vicagoyo es un perfil que disfruta más.
Lo que ocurrió en el tercer tiempo se queda para los que estuvieron. No digo “na” y lo digo “to”.
Por último, y más importante, destacar la participación del club que atraviesa un momento dulce en actitud y aptitud. De los de la “no tan corta” hicieron acto de presencia y “hasta sudaron”….
Carlos “Gym”: un placer volver a verle asiduamente por estas lides. Meritoria su vuelta y la evolución que está teniendo. Espero verlo en próximos eventos.
María “la incombustible”: lo mismo le da una maratón, que un trail, un triatlón o una noche de fiesta (tampoco lo hace mal… jajaja). Impresionante la constancia que atesora.
Goyo “Orientity”: es como los linces, si lo quieres ver, en el campo ha de ser. Alergia al asfalto tiene. Lo comprendo. Hizo su carrera, disfruto del paisaje, comió más migas que nadie y tan feliz… jjajaja
Chus (aún no le tengo apelativo, pero para la próxima fijo): cómo está evolucionando esta chica; otra María… aunque lo mejor de ella es la alegría que transmite. Se trajo un trofeo de esos feos (es solo mi opinión) que han diseñado para este trail. La veremos mucho subir a los cajones y tocar los c…… (también es cariñoso Chus, no te me enfades).
Rodrigo “purasangre”: nos va a dar muchos éxitos deportivos, pero lo mejor son “las tontás” que se le ocurren. Gran potencial atlético y de cachondeo.
Maribel (otro apelativo en el horno…): acabó su carrera sin despeinarse demasiado, se subió a por otro trofeofeo y para casa. Esta chica también promete, y siendo hija y hermana de los pichus…
Sergio “todoterreno”: vino más bien de paseo por una lesión producto del percance cristero, aun así consiguió subir al podio, pero como se dio cuenta de la belleza del trofeo lo ha devuelto… Buena lección para aquellos que anhelan ese momento de egolatría y baño de masas (o masillas, depende de la carrera) por encima de los avatares de la carrera. Preparaos que es otro que cuando se recupere le vamos a ver en la salida, en la llegada y ya (si no se va por otro camino…).
Jose “gitano”, “presi”: siempre hace equipo y por el equipo. Con más años de los que parece, cuando le salga de los huexxx apretarse dará guerra a más de uno… Un abrazo a mi presi.
Ricardo: nuevo fichaje, parece un tío agradable y competente. Bienvenido.